Perfect sense, aferrarnos a lo que nos queda.

"Porque así es cómo la vida continúa... Así."




Perfect sense (2011), dirigida por David Mackenzie es otra de las películas del Atlántida Film Fest.

Susan (Eva Green) y Michael (Ewan McGregor) protagonizan esta preciosa poesía hecha celuloide. No os dejéis asustar por el reparto, porque como ya dije anteriormente en Ali, las comparaciones son innecesarias. A pesar de que el género que suele interpretar Ewan McGregor es bien distinto, eso no le quita mérito como actorazo, y mucho menos desvirtua la imagen de esta película.






No quiero ni pienso aportar nada sobre el argumento excepto algunas pinceladas sobre las sensaciones que éste deja. Perfect sense es una alegoría del fin del mundo. Es la sensación de que somos finitos, insignificantes, ser consciente de ello e intentar agarrarse a lo que tienes. Estar vivo no significa vivir, eso se entiende mejor cuando todo se desmorona a tu alrededor. La pérdida de los sentidos parece peor que una guerra mundial que lo destruya todo, es más lento, es más doloroso. Poco a poco la libertad de movimientos se ve reducida, hasta verte atado completamente a las condiciones en las que te encuentras.
Pero esta película es poesía, es una oda a los sentidos, a lo que representan y habitualmente no llegamos a apreciar. Nuestra forma de relacionarnos, de amar, de caminar, todo depende de los sentidos.
Y aunque parezca una moraleja cursilera, al final todo lo que tenemos firme es el amor, en todas sus vertientes; es a lo único que podemos agarrarnos con firmeza, haya luz o sea todo oscuridad.




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